lunes, 30 de diciembre de 2013

Duermo poco, sueño mucho.

Me encuentro tumbado boca arriba, párpados resentidos y vista cansada. Mis ropajes suelen ser unos vaqueros apretados y una camiseta de tirantes.
Hecho un pequeño vistazo a mi habitación antes de cerrar los ojos, por aquí todo en orden, nada fuera de lo común. Llegó mi hora de dormir...
Apareces por la puerta buscando guerra, contoneando esas bonitas caderas, el pelo alborotado y descalza, como cual salvaje.
Tus dedos juguetean con tu cuerpo, con tus labios y finalmente con tu pelo.
Te acercas sigilosa, camuflada, con firmeza… con tan solo unos ropajes desgarrados, a punto de desplomarse.
Cada vez tu aliento se aproxima más, pudiendo ver con claridad el filo de tus caninos y tus garras las veo con fuerza crecer…
Las muñecas se duermen automáticamente. Noto como poco a poco se me van contusionando, ocasionado por alguna atadura. Me retiene, me atrapa, me sostiene. Con  esfuerzo consigo soltarme de aquella trampa mortal, pero ya no había escapatoria, te abalanzas sobre mí, me agarras, me arañas. Mi fin ya llegó…
Me arrancas la camiseta de un zarpazo, dejando marcas en mi pecho.
Jugueteas con el bello rizado con pasión y siento como mi cuerpo va cogiendo temperatura.
ZAS! Pantalones desgarrados, deshilachados, que ha penas tapan mis vergüenzas.
Te relames, te mordisqueas el labio y tan solo te oigo susurrar:
- “El desayuno está servido”.

Movimientos ascendentes y descendentes como una pendiente desnivelada, una tortura de placer. Gruñes, gimes, ronroneas… Punzadas, desgarres por mi espalda. El arma homicida incrustada en la punta de tus dedos. La velocidad de tus movimientos prospera, aumenta, te creces.
Aullidos de lobo, rugidos de fieras… que tiemble la fauna entera.
Tras la guerra, viene la calma y… un orgasmo explosivo. Ojos en blanco que divisan el futuro, miradas al techo que atraviesan la pintura… y vuelta a la realidad…

Sentado sobre la cama, con la tensión por las nubes y mis ropajes desgarrados por un sueño pasional, intento descifrar que fue ficción o realidad.

“Duermo poco, sueño mucho”.

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