sábado, 30 de noviembre de 2013

El forense.

La piel se le volvió fría con un tono blanco azulado, los labios se le cortaron y amorataron...
Las lágrimas que cayeron se petrificaron por el camino y saltaron de su rostro con un pica hielos.
Los ojos cerrados no le dejaron ver el arma del crimen.
Causa de la muerte... corazón roto.

- “Señoría, le juro que tan solo le di un último beso”.

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