martes, 8 de julio de 2014

Estrella de los vientos.

Diez pasos en linea recta, dos a la derecha y cinco más hacia la izquierda, eran las coordenadas de un tesoro plasmado en un mapa pirata.
Riqueza cubierta de algodón y seda. Medidas de oro en paño y un valor incalculable.
Una llave de bronce, alojada con descuido sobre una leja, de mediana estatura. Pudiendo abrir la cerradura sin picaporte.
La brújula marcaba al norte, el acantilado de sus pestañas para dejarse caer al vacío de su boca. En el sur se resguardaba lo prohibido, infinidad de buques acabaron bajo sus aguas.
El este y el oeste, no recibían mejor trato, montañas rocosas impedían su total visión.
Me despojé de aquellos arrapos y me adentré en busca de algo más valioso que el oro.



La vida pirata es la vida mejor”

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