Enrojece-me.

Un color que provoca paradas. Intenso, firme y autoritario.

Momentos en que el tiempo desaparece, donde los lugares quedan inexistentes y escenas semejantes a un final de película.

Semáforos en rojo que detienen la velocidad por segundos. Rojos que paralizan en estancia y a su vez te hace reaccionar como la espuma.

Desde malabaristas hasta traga-fuegos te aturden en ese muerto periodo de tiempo. Que brote la mirada que acompaña al tacto. Que se acorten las distancias y en rojo lo pacto.

Labios en rojo, corazones en marcha, fragmentos incandescentes en ignición.

Que un semáforo en rojo no pare todos los besos que tengo para ti.

Penta.

Nacer en un pentagrama es una de tus desventajas,

Caminando entre 5 finas cuerdas te embarcas...

Tristeza y a la vez alegría,

Se podría considerar un poco esa dichosa ironía.

Dioses que se cobijan en tus versos,

Tan cariñosos y melosos exploran curiosos.

Letras de puño y letra.

Muñecas abiertas y desencajadas,

Sangre, sudor, lágrimas derramadas.

Desde mañanas tempranas te quisieron descubrir,

Pero años atrás tan solo te utilizaron para discutir.

Fuiste mi arma poderosa y un escudo infranqueable,

Guerreros con vida favorable,

Te respetan, te desean y rezan por ser tan implacables.

Largas praderas refuerzan mi soledad,

Perdurando hasta que llegaste con libertad.

Noches, oscuridad, lúgubre, atrocidad...

En tus comienzo un dios protector,

Llamándote clave de sol.

Ayudando a custodiar,

A un compadre también llamado clave de fa.

“Tan solo me queda una cosa que decir de ti:

Algunas personas creen en dios.
Yo creo en la música.
Algunas personas rezan.
Yo, subo el volumen”