Con
un traje de noche sustituye el cascabel por la pajarita. Un aristogato saxofonista.
Felino
con sombrero de copa y trazas de galán. Ronda por el barrio con desfile de
modelo, con aire pintoresco, unos ojos de caramelo. Y apetito devastador.
Un
proscrito de Sherwood, un mosquetero con botas, una pantera en miniatura...
Recorre
mundo, sin rumbo, con su maullido quebrado. Provoca estampidas en el
desfiladero donde no llevan a ninguna parte.
Porque
siete vidas pueden dar para mucho.
“Pequeñito
pero matón”.
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