viernes, 23 de mayo de 2014

El primer encuentro.

Mis pies aterrizaron en aquella tierra asfáltica, un lugar por donde nunca habían caminado. Los herretes, colganderos, flotaban por encima del rugoso suelo. Y las suelas se iban desgastando por la brusquedad de la pisada.
En una esquinera, reposaba mi cuerpo, esperando una aparición, una visión o quizás tan solo un espejismo. El corazón se aceleraba con la espera, las rodillas claqueteaban, agrietando las losas de aquella fachada y el pestañeo de mis ojos fotografiaba el entorno en busca de evidencias.
Confeti por las calles, banderillas de pared a pared y cuadrillas haciendo eco en los callejones.
Al final de la calle una silueta cabalgaba a 8 cm del suelo. Las gafas de sol disimulaban la dirección de mis ojos. Y sin saberlo ahí empezaría mi historia del 23. Mejor dicho, nuestra historia.


Ese día empezó esperando en una esquina y ahora, estoy buscándote por todos los rincones.

¡¡ F E L I C I D A D E S !!

https://www.youtube.com/watch?v=h03s5xa0Lu4

martes, 13 de mayo de 2014

7 vidas.

Con un traje de noche sustituye el cascabel por la pajarita. Un aristogato saxofonista.
Felino con sombrero de copa y trazas de galán. Ronda por el barrio con desfile de modelo, con aire pintoresco, unos ojos de caramelo. Y apetito devastador.
Un proscrito de Sherwood, un mosquetero con botas, una pantera en miniatura...

Su cuerpo de cenizas, sus zarpas de porcelana y colmillos de alfiler.
Recorre mundo, sin rumbo, con su maullido quebrado. Provoca estampidas en el desfiladero donde no llevan a ninguna parte.
Porque siete vidas pueden dar para mucho.


“Pequeñito pero matón”.