Una
vida definida en dos factores. Tacto y color.
Es
la cuerda floja de dos equilibristas, una tirolínea de dos sentimientos, un
tacto de hilo y un color rojizo. Capaz de ser estirado sin ni siquiera llegar a
su deshilacho. Es el hilo que une dos vasos de plástico transmitiendo las
vibraciones de mis labios a tu oído.
Uniendo
dos cuerpos que aún no están presentes. Sin fecha de caducidad, ni por los
kilómetros de distancia.
Porque
todos tenemos un lazo que nos une a nuestro hilo rojo con la persona
predestinada.