lunes, 7 de abril de 2014

Raices.

Se dejó caer, como hoja que cae en otoño, que no quiere crecer, muriendo en una montaña de colores pajizos y caducados.
El viento arrastró la cumbre de hojas, que manifestaban su rebeldía caduca. El naranja predominó sobre el verde pradera, dando a conocer la verdadera edad de sus raíces.
El sol se colaba entre los huecos se su calvicie, mostrando vistas que en otras estaciones no llegábamos a ver. Y poder así descubrir chabolas de barro y leña.

Aquel lugar dejó de ser, por una temporada, mi lugar de acogida, mi refugio, mi sitio favorito donde poder descansar. La sombra que proyectaba aquel vejestorio de madera cambió, quedando el vacío entre sus ramas. El sol recayó por el oeste. Quedando una bonita postal, saturada, del paisaje y con retoques en sepia,

Para nosotros la edad nos pasa factura, para ellos son las estaciones.